RESILIENCIA

¿QUIÉN DICE QUE NO SE PUEDE?


Una biografía
Melendi

Ramón Melendi, más bien conocido como Melendi, nació en Oviedo, España en el año 1980. Es cantante y compositor español. Gracias a las canciones de su primer disco consiguió ser conocido rápidamente en todo el país. Melendi, de pequeño no era un apasionado de la música, sino que se quería dedicar al fútbol y tenía calidad suficiente para dedicarse a ese deporte. Estuvo dedicándose al fútbol varios años hasta que dedicó encaminar sus pasos al mundo de la música y creó junto a algunos amigos suyos su primer grupo, El Bosque de SHerwood. Poco a poco, empezó a crecer más hasta nuestros días, teniendo mucha fama y siendo conocido por todo el país. 

Una película
Soul surfer

La película trata sobre la vida de Bethany Hamilton. Una adolescente que tiene un talento natural para el surf. Un dia su vida cambia por completo tras perder el brazo por el ataque de un tiburón mientras surfeaba. Todo y ser una situación muy complicada, Bethany decide no darse por vencida y planea volver a competir. Es un largo proceso pero finalmente consigue volver a la competición y demuestra estar al nivel de las otras concursantes aunque ella tenga un brazo menos. Es definitivamente una clara historia de superación.

Una canción
Vivir de Rozalén y Estopa




Un cuento
Animarse a volar


..Y cuando se hizo grande, su padre le dijo:
-Hijo mío, no todos nacen con alas. Y si bien es cierto que no tienes obligación de volar, opino que sería penoso que te limitaras a caminar teniendo las alas que el buen Dios te ha dado.
-Pero yo no sé volar – contestó el hijo.
-Ven – dijo el padre.
Lo tomó de la mano y caminando lo llevó al borde del abismo en la montaña.
-Ves hijo,  este es el vacío. Cuando quieras podrás volar. Sólo debes pararte aquí, respirar profundo, y saltar al abismo. Una vez en el aire extenderás las alas y volarás...
El hijo dudó.
-¿Y si me caigo?
-Aunque te caigas no morirás, sólo algunos machucones que harán más fuerte para el siguiente intento –contestó el padre.
El hijo volvió al pueblo, a sus amigos, a sus pares, a sus compañeros con los que había caminado toda su vida.
Los más pequeños de mente dijeron:
-¿Estás loco?
-¿Para qué?
-Tu padre está delirando...
-¿Qué vas a buscar volando?
-¿Por qué no te dejas de pavadas?
-Y además, ¿quién necesita?
Los más lúcidos también sentían miedo:
-¿Será cierto?
-¿No será peligroso?
-¿Por qué no empiezas despacio?
-En todo casa, prueba tirarte desde una escalera.
-...O desde la copa de un árbol, pero... ¿desde la cima?
El joven escuchó el consejo de quienes lo querían.
Subió a la copa de un árbol y con coraje saltó...
Desplegó sus alas.
Las agitó en el aire con todas sus fuerzas... pero igual... se precipitó a tierra...
Con un gran chichón en la frente se cruzó con su padre:
-¡Me mentiste! No puedo volar. Probé, y ¡mira el golpe que me di!. No soy como tú. Mis alas son de adorno... – lloriqueó.
-Hijo mío – dijo el padre – Para volar hay que crear el espacio de aire libre necesario para que las alas se desplieguen.
Es como tirarse en un paracaídas... necesitas cierta altura antes de saltar.
Para aprender a volar siempre hay que empezar corriendo un riesgo.


Si uno quiere correr riesgos, lo mejor será resignarse y seguir caminando como siempre.





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